viernes, 10 de octubre de 2014

Mirada... Felipe Garrido


          Enriqueta Ochoa,
            in memoriam

Despunta el alba.
Un incendio de rosas
el peñascal.

De tan desnudo
y tan azul, el cielo
se pone negro.

Enorme y solo,
su túnica de viento
despliega el Sol.

Crece un ahogo
que incendia los pulmones.
Ciega el resplandor.

Tengo a la vista
los huesos de la Tierra.
El desierto y yo.

         

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