He aquí que vengo desde todas
partes
A la habitación primera y
principal del cosmos.
Allí los ruidos llegan
alambicados,
Cada cual con su pátina de
dulzura;
Nada hiere la cara de nuestra
paz,
Ningún viento helado la
escorza.
Y yo dije:
¿Por qué aquí, por qué
He venido a donde siempre,
Olvidado de mi amor por lo
escondido y nuevo,
En vez de roer la luz distante,
el vértigo
Interminable?
Polvo amable se levantaba
En pequeños torbellinos,
agitando mi túnica,
lamiendo, pluriformes perrillos
fieles, mi báculo.
¿Dónde hacer oración?
El polvo me ciega los ojos.
¿Es que se da cuenta
De mi afán de verlo todo,
De encontrarlo todo,
Y quiere curarme?
Polvo amable.
Era que mis pensamientos
escapaban
Por un hueco de mi cabeza,
Hechos polvo,
Polvo amable.
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