Sale la luna y se mete el sol
y a lo profundo se va a esconder
sale el lucero de la mañana
y el carro sale al oscurecer
Los horizontes son chiquititos
y parejitos al caminar
andan en busca de una paloma
que se ha salido del palomar
Ya que tuvimos la grande dicha
porque el señor nos la concedió
para cantar bonitas canciones
que la laguna nos enseñó
Yo ya me voy
a morir a los desiertos
me voy lejitos
esa estrella marinera
Y Solo en pensar
que ando lejos de mi tierra
nomas que me acuerdo
me dan ganas de llorar
y a mi nada me divierte
los cigarros de la ladia
a mi lo que me consuela
son las copas de aguardiente
Solo en pensar
que dejé un amor pendiente
nomas que me acuerdo
me dan ganas de llorar
Y al pie de una ardol
mi alma se encuentra triste
ya iluminada por la luz de la mañana
salió y me dijo
que era esperanza vana
donde a la vez mejor me duermo yo
viernes, 10 de octubre de 2014
EL VIGIA...MARCO ANTONIO JIMENEZ
AL FIN HE HALLADO AL
MEZQUITE MAS VIEJO DEL SIGLO.
LA FASCINACIÓN DE LO
VIVIENTE DOBLEGA SUS RAMAS,
EL VIENTO LE ATRIBUYE
NOVENTA MILLONES DE PÁJAROS.
QUIZÁ VIVE DESDE LA
HORA EN QUE LA TIERRA
FUE UN HALLAZGO LIMPIO
Y SUFICIENTE;
TAL VEZ CREO LA ARENA
Y LA HA MULTIPLICADO.
ALCANZÓ A MIRAR LAS
TRIBUS QUE DEJARON COMO VESTIGIO
AL DESIERTO ERRANTE,
LAS HORDAS DE VICTORIO
ASEDIADAS POR LA SED
Y LA OPRESION DE LAS
ESTRELLAS.
HOY HE ENCONTRADO AL
MEZQUITE MAS EXTRAÑO DEL SIGLO;
SOLO LA GRIETA DEL
AMOR LO TIENE HENDIDO DE RAÍZ,
SOLO EL AMOR ES EL
AVENTURERO DEVORANTE QUE LE CAVA
EL TRONCO.
A FUERZA DE FELICIDAD
INGOBERNABLE TOLERA VOCES Y FABULAS,
TOLERA AL HOMBRE HABER
SIDO IMAGINADO CUANDO LA LLUVIA
ERA JOVEN.
AL FIN HE HALLADO EN
EL IMPERIO DE LA ARENA VORAZ
A UN SOLITARIO
CONVENCIDO DEL SOL,
A UN VIGÍA NOBLE Y
SOBERANO QUE AGRADECE LA TARDE
SIN RÍO NI ESPERANZA.Corrido de Torreón...Alberto González Domene
Soy de la tierra del norte
del mero Coahuila (distrito de Viesca)
de la ciudad de Torreón (dónde andan mis dorados)
en un furgón de transporte
nací cuando Villa
quiso tomar la estación.
de la ciudad de Torreón (dónde andan mis dorados)
en un furgón de transporte
nací cuando Villa
quiso tomar la estación.
Fue mi sollozo el cañón
mi cuna el ferrocarril
me arrullaron los balazos
del 30 30 y fusil
de allí me llevó la tropa
pal rumbo de Mapimí.
mi cuna el ferrocarril
me arrullaron los balazos
del 30 30 y fusil
de allí me llevó la tropa
pal rumbo de Mapimí.
En mi región no hay paisajes
de valles floridos ( ni lagos ni bosques)
pero que tal algodón
y qué dorados trigales
se mecen dormidos
al despertar la labor
Y recortando el confín
del cielo fúlgido azul
áridos cerros plateados
siempre bañados de luz
aquel de las calabazas
y el cerrito de la cruz.
Que lindo Gómez Palacio
detrás del rio Nazas
Lerdo, el vergel lagunero
donde se vive despacio
y al ver las muchachas
hay que quitarse el sombrero.
Pero que esbelta mujer
la que pasea por Torreón
por la avenida Morelos
y la calzada Colón
se mecen igual las palmas
al ritmo de mi canción.
de valles floridos ( ni lagos ni bosques)
pero que tal algodón
y qué dorados trigales
se mecen dormidos
al despertar la labor
Y recortando el confín
del cielo fúlgido azul
áridos cerros plateados
siempre bañados de luz
aquel de las calabazas
y el cerrito de la cruz.
Que lindo Gómez Palacio
detrás del rio Nazas
Lerdo, el vergel lagunero
donde se vive despacio
y al ver las muchachas
hay que quitarse el sombrero.
Pero que esbelta mujer
la que pasea por Torreón
por la avenida Morelos
y la calzada Colón
se mecen igual las palmas
al ritmo de mi canción.
Dicen que andamos en la uva
porque nos ven muy contentos
y es que en mi bella Laguna
si vale la vida
aunque nos cambien los vientos.
porque nos ven muy contentos
y es que en mi bella Laguna
si vale la vida
aunque nos cambien los vientos.
Ya me voy a despedir
porque me espera mi amor
con la mujer Lagunera
hay que tener corazón
tan ancho como las calles
que cruzan por mi Torreón.
porque me espera mi amor
con la mujer Lagunera
hay que tener corazón
tan ancho como las calles
que cruzan por mi Torreón.
Corrido de un lagunero...Alberto González Domene
CORRIDO
DE ENRIQUE DOMENE
HIJO
DE AQUELLOS PIONEROS, COLONOS DE LA LAGUNA
QUE SE
ALLEGARON DE ESPAÑA EN BUSCA DE LA FORTUNA;
FUE UN
"RIBEREÑO DE ABAJO", HOMBRE
SENCILLO Y CABAL;
QUE
IBA SEMBRANDO CAPULLOS AL PASO DE LOS MURMULLOS
DE UNA
AVENIDA DEL NAZAS Y OTRA DEL AGUANAVAL.
LOS
PEONES EN LAS LABORES LE LLAMABAN
"GENERAL"
PORQUE
TENIA LA MIRADA, SERENA, DE AGUILA REAL,
Y POR
SEGUIR A SU HERMANO, HOMBRE DE GRAN CONVICCION,
QUE SE
FUE CON LOS CRISTEROS PARA LUCHAR POR SUS FUEROS
CONTRA
LOS FALSOS CAUDILLOS DE NUESTRA REVOLUCION.
DIME,
HERMANO SEBASTIAN;
¿DÓNDE
ESTAN ESOS ANIEGOS
QUE
INUNDABAN HASTA EL TOPE
LA
LAGUNA DE MAYRAN?
OTRAS
CORRIENTES VENDRAN
POR
TAJOS DE LA REGION
PA´QUE
LA GARZA MORENA
SE
MIRE SOBRE EL ESPEJO
JUNTO
A UNA FLOR DE ALGODÓN.
GRITABA
ENRIQUE DOMENE: ¡MUERA EL SUPREMO GOBIERNO!
QUE
TIENE A LOS CAMPESINOS SUMIDOS EN UN INFIERNO.
¡VIVA
EL SUFRAGIO EFECTIVO! ¡VIVA LA NO REELECCION!
¡QUE
VUELVA POR LA CUCHILLA MI GENERAL PANCHO VILLA
PARA
CORTAR LA CODICIA DE CALLES Y DE OBREGON!
PELONES
CON CARABINA IBAN ALZANDO ESTE GRITO:
¿DÓNDE
ANDA POR A´I DOMENE QUE DICEN QUE ES MUY
MALDITO?
EL
LABRIEGO LES DECIA: "POS OTRA VEZ SE LES FUE;
IBA
FAJAO DE PISTOLA PA´L RUMBO DEL CERRO BOLA,
SI NO
LO ENCUENTRAN EN PARRAS, LO ENCUENTRAN EN CUENCAME"
ANTES
DEL AMANECER
DEBAJO
DE UN PINABETE
BEBIA
CAFÉ CON PIQUETE,
LO
DESPEDIA SU MUJER.
Y EN
FINO Y BRIOSO CORCEL
PONIENDO
PIE EN EL ESTRIBO
IBA A
MIRAR EL CULTIVO
DE
"SANTA ELENA" Y "EL BURRO",
LOS
RANCHOS DE SU QUERER.
SOL
COLORADO DE COBRE QUE SALES POR EL ORIENTE,
TU QUE
ILUMINAS AL POBRE CON RAYOS RESPLANDECIENTES
POR UN
MOMENTO DETENTE AL PASO DE EL CALOR
EN
HORAS DE LA CALIENTA CUANDO TU DISCO REVIENTA
¡NO
HAGAS LLORAR DE SUDORES LA ESPALDA DEL PIZCADOR!
SAN
PEDRO DE MIS COLONIAS, ME VOY POR TUS MEZQUITALES.
¡ADIOS,
MIS DUNAS DE VIESCA CON SUS TIBIOS MANANTIALES!
¡QUE
PENA LA DEL RANCHERO QUE YA NO PUEDE SEMBRAR!
AYER
ME DIJO DON PANCHO QUE NOS QUITARON EL RANCHO,
¡VAMONOS
PA´OTROS SENDEROS DONDE PODER TRABAJAR!
VEN,
HERMANO SEBASTIAN,
CANTEMOS
UNA CARDENCHE
HOY
QUE LA LUNA SE PEINA
EN LAS
AGUAS DEL CANAL.
AHOGEMOS
NUESTRO PESAR
CON UN
TRAGO DE AGUARDIENTE
¡HAY
QUE SENTIR LO QUE SIENTE
UN
LAGUNERO QUE AÑORA
Y
LLORA SU SOLEDAD!
VOY A
DEJAR MIS ESPUELAS COLGADAS DE UN PINABETE,
DE UNA
PALMERA EL REVOLVER, Y DE UN MEZQUITE MI FUETE,
PUES
HE DE VOLVER ALGUN DIA Y ANTES DEL AMANECER
UNA
MAÑANA DE MAYO, CINCHO DE NUEVO EL CABALLO
Y
PONIENDO PIE EN EL ESTRIBO ME VOY POR VIEJOS CAMINOS
LOS
CAMPOS A RECORRER.
AQUÍ
SE ACABA SEÑORES, LA HISTORIA DE UN LAGUNERO,
QUE
SUPERO LOS FRACASOS DEL DESIERTO ALGODONERO.
DE UN
RIBEREÑO DE ABAJO, ¡ADIOS MI BUEN GENERAL!
HOY YA
CABALGA SIN DUELO SOBRE LAS NUBES DEL CIELO
VIENDO
BROTAR LOS CAPULLOS DE OTRO INMENSO ALGODONAL.
El dolor de la arena...Alberto González Domene
Égloga a Manuel José Othón en su "Idilio Salvaje".
-I- .
Si a sus polluelos alimenta el
buitre
mientras devora a la paloma albina;
si el cacto brota del mordaz salitre
y revienta su flor sobre la espina;
no comprendo haya quien se recalcitre
a entender el dolor de la alcalina
"Comarca" mía que la aridez domina.
Un glorioso dolor quiero a voz viva cantar.
Que loen los lotos, de emociones, rotos,
un himno a "la sabana pensativa...";
y que lo entonen los cañaverales,
la jungla y los canarios
haciendo honor a los septentrionales
páramos solitarios.
La gloria del dolor, a grito abierto
quiero trovar; los picos
corvos de los pericos
repetirán el himno del desierto
con la espesura convertida en coro
que sin pecar de ingrata
honrará al llano de zarzales
de oro y espejismos de plata.
Quiero esa gloria, en la florida sierra
cantarle al verde pino
para que, del espino,
conozca los martirios en mi tierra
y descubrir al Sur y al Mar Caribe
el fruto en la biznaga
que sólo en áridas arena vive
sangrando, en flor, la llaga.
mientras devora a la paloma albina;
si el cacto brota del mordaz salitre
y revienta su flor sobre la espina;
no comprendo haya quien se recalcitre
a entender el dolor de la alcalina
"Comarca" mía que la aridez domina.
Un glorioso dolor quiero a voz viva cantar.
Que loen los lotos, de emociones, rotos,
un himno a "la sabana pensativa...";
y que lo entonen los cañaverales,
la jungla y los canarios
haciendo honor a los septentrionales
páramos solitarios.
La gloria del dolor, a grito abierto
quiero trovar; los picos
corvos de los pericos
repetirán el himno del desierto
con la espesura convertida en coro
que sin pecar de ingrata
honrará al llano de zarzales
de oro y espejismos de plata.
Quiero esa gloria, en la florida sierra
cantarle al verde pino
para que, del espino,
conozca los martirios en mi tierra
y descubrir al Sur y al Mar Caribe
el fruto en la biznaga
que sólo en áridas arena vive
sangrando, en flor, la llaga.
Que toda superficie aderezada
por la mano de Dios llore el olvido
de mi erial, y plaña, en su balad
la gloria de un dolor incomprendido
-II-
La indolente alegría de las florestas,
el ric-rac de los grillos satisfechos,
la jungla, las praderas y aquestas
peñas cubiertas de humedad y helechos
forman triste contraste, son opuestas
al garambullo y al nopal maltrechos
y a aquella soledad... de los barbechos.
Yo que vengo de áridas montañas
y desiertos lunares
admiro lo prolijo de las cañas
y de los platanares.
Comparo la escasez de los mezquites
y enjutas lechuguillas
con las pingües semillas
que truecan en festín vuestros convites.
Admiro, de las selvas, la maleza,
que derriba el segur
y la verde y feraz naturaleza
de estas tierras del Sur.
Confronto vuestras fértiles cañadas
con el mármol caliente
de la roca inclemente
que no sabe de arroyos ni cascadas,
pero sí de miradas transparentes,
llanas, horizontales,
que escrutan el confín bajo
sus frentes sudantes: ¡pedernales!
por la mano de Dios llore el olvido
de mi erial, y plaña, en su balad
la gloria de un dolor incomprendido
-II-
La indolente alegría de las florestas,
el ric-rac de los grillos satisfechos,
la jungla, las praderas y aquestas
peñas cubiertas de humedad y helechos
forman triste contraste, son opuestas
al garambullo y al nopal maltrechos
y a aquella soledad... de los barbechos.
Yo que vengo de áridas montañas
y desiertos lunares
admiro lo prolijo de las cañas
y de los platanares.
Comparo la escasez de los mezquites
y enjutas lechuguillas
con las pingües semillas
que truecan en festín vuestros convites.
Admiro, de las selvas, la maleza,
que derriba el segur
y la verde y feraz naturaleza
de estas tierras del Sur.
Confronto vuestras fértiles cañadas
con el mármol caliente
de la roca inclemente
que no sabe de arroyos ni cascadas,
pero sí de miradas transparentes,
llanas, horizontales,
que escrutan el confín bajo
sus frentes sudantes: ¡pedernales!
Que escudriñan al Sol, con
"chispa" grave, la infinita planicie,
-desnuda superficie-
por donde cruza solitaria el ave.
"chispa" grave, la infinita planicie,
-desnuda superficie-
por donde cruza solitaria el ave.
La gloria del dolor,
¡meridionales!,
un potosino se encontró en mi estepa,
de ella prendóse y, al sentar sus reales,
surgió del yermo la inspirada cepa:
-III-
(ENVÍO)
Ha más de cincuenta años,
las arenas de la “Región del Nazas”
-inclemente-
sintieron comprendidas sus condenas:
“...asoladora atmósfera candente
do se incrustan las águilas serenas
como clavos que se hunden
lentamente...”
un potosino se encontró en mi estepa,
de ella prendóse y, al sentar sus reales,
surgió del yermo la inspirada cepa:
-III-
(ENVÍO)
Ha más de cincuenta años,
las arenas de la “Región del Nazas”
-inclemente-
sintieron comprendidas sus condenas:
“...asoladora atmósfera candente
do se incrustan las águilas serenas
como clavos que se hunden
lentamente...”
¡Era el Othón! Del canto
diferente
de la amargura en la
región de lava
que veía sus querubes
incendiarse en las nubes
“tras la su cabellera de
india brava.”
¡El gran poeta! de la
imagen térrea
del “Idilio Salvaje”,
el Othón que sangraba
con la férrea
expresión del paisaje;
el de un remordimiento
que dolía
al pensar en su “envío”.
¡Bien llegó a lo baldío!
viniendo del dolor como
venía...
Y allá buscó, en mi
paraje escueto
el solitario, enfermo
ruiseñor que le inspiró
el soneto
eterno sobre el yermo.
Y el éter lagunero, los
suspiros
que lanzó hacia el
ocaso,
recogió del eriazo,
y, apasionado, los
trocó en zafiros
que se extinguieron,
como aéreas cuitas
en un cielo que arde
fugados a las llamas
infinitas
del trance de la tarde.
Por ello, ¡hombres del
Sur!, la honda tilde,
La rúbrica doliente de
dos bardos
os pide en mi barreal
un ruego humilde:
Amor y comprensión
para “los cardos”:
-IV-
Amor y comprensión ¡para la
pena
del cardenchal! que gime en su
falsete
la gloria dolorosa de la
arena,
en quejas, que interpreta el
pinabete
-monarca triste de la faz
serena-,
con silentes sonidos, mil y
siete
veces más nidios que el del
clarinete.
La gloria, ¡tierra mía!, de
tu misterio
que resucita al agro
como yo surgiré en tu
cementerio
por Divino milagro
al pie de grises montes
empolvados
sin una mariposa
y en deprimente fosa
desprovista de céspedes
sagrados;
donde polvo seré con tu
caliche
devorador de penas
y zozobras, que convierte
en fetiche
las floraciones plenas
y el color de la flor y
el papagayo
porque el tiempo se escapa
al capricho del mapa
con la sonrisa del
“Marqués de Aguayo...”.
¡Ay tierra parda, arenosa,
mía! :
desnudo, sin mortaja,
quiero abrazar, después
de mi agonía,
tu arena, sin la caja;
y recibir tu fúnebre
palada
en la mirada muerta
encajada en la abierta
bóveda azul ¡por la
ansiedad ganada!
¡Y pensar que habrá quien
se recalcitre
a entender tu ternura
campesina...
si el cacto brota del
mordaz salitre
y revienta su flor sobre
la espina!
diferente
de la amargura en la
región de lava
que veía sus querubes
incendiarse en las nubes
“tras la su cabellera de
india brava.”
¡El gran poeta! de la
imagen térrea
del “Idilio Salvaje”,
el Othón que sangraba
con la férrea
expresión del paisaje;
el de un remordimiento
que dolía
al pensar en su “envío”.
¡Bien llegó a lo baldío!
viniendo del dolor como
venía...
Y allá buscó, en mi
paraje escueto
el solitario, enfermo
ruiseñor que le inspiró
el soneto
eterno sobre el yermo.
Y el éter lagunero, los
suspiros
que lanzó hacia el
ocaso,
recogió del eriazo,
y, apasionado, los
trocó en zafiros
que se extinguieron,
como aéreas cuitas
en un cielo que arde
fugados a las llamas
infinitas
del trance de la tarde.
Por ello, ¡hombres del
Sur!, la honda tilde,
La rúbrica doliente de
dos bardos
os pide en mi barreal
un ruego humilde:
Amor y comprensión
para “los cardos”:
-IV-
Amor y comprensión ¡para la
pena
del cardenchal! que gime en su
falsete
la gloria dolorosa de la
arena,
en quejas, que interpreta el
pinabete
-monarca triste de la faz
serena-,
con silentes sonidos, mil y
siete
veces más nidios que el del
clarinete.
La gloria, ¡tierra mía!, de
tu misterio
que resucita al agro
como yo surgiré en tu
cementerio
por Divino milagro
al pie de grises montes
empolvados
sin una mariposa
y en deprimente fosa
desprovista de céspedes
sagrados;
donde polvo seré con tu
caliche
devorador de penas
y zozobras, que convierte
en fetiche
las floraciones plenas
y el color de la flor y
el papagayo
porque el tiempo se escapa
al capricho del mapa
con la sonrisa del
“Marqués de Aguayo...”.
¡Ay tierra parda, arenosa,
mía! :
desnudo, sin mortaja,
quiero abrazar, después
de mi agonía,
tu arena, sin la caja;
y recibir tu fúnebre
palada
en la mirada muerta
encajada en la abierta
bóveda azul ¡por la
ansiedad ganada!
¡Y pensar que habrá quien
se recalcitre
a entender tu ternura
campesina...
si el cacto brota del
mordaz salitre
y revienta su flor sobre
la espina!
Por encima de las colinas arde la luz...Enriqueta Ochoa
Llegamos a la vida,
húmeda aún la mìnima figura
recién bañada en la celeste hoguera
de un estanque de luz.
Espera quieta,
somos pasto donde la luz madura
mansamente en silencio
ahíta de ternura,
bebí luz de cristal entre los sueños
Y hay estrellas que se levantan temprano todavìa
a pesar del naufragio y salen húmedas, frescas,
sacudièndose la melena de luz
como de una agua nueva
desde el fondo de la caldera iracunda del sol
Vine de Lerdo,
estoy bajo un granado florecido
que turgente palpita como si el sol le hubiera prendido
llamas de alcohol en cada rama.
Hay veces que amo el sitio en que nací,
sin duda porque la luz del verano
se anticipa oliendo a madurez todos los años.
La casa está vacía
las mujeres se ataron la cabeza
y partieron a perderse entre las sábanas
del algodonal nevado,
donde reverberan como una hornaza viva
bajo el sol restallante.
Dios mío,
de tus labios bajan ríos de luz
hacia el cristal secreto de los frutos
y amanecen maduros.
No son brasas colgando en la higuera,
sino el verano que arde en el corazón
desfallecido de los higos
Asoma el sol, bosteza la luz, desperezándose,
y el día se echa a andar
con su nombre de vidrio
Hay sobre las cimas de las tarde que avanza
un incendio de rosas lentas, temblando.
Qué sentido tan hondo el de la luz
derramada en el rubor del aire
se encendían hogueras naranja y paja,
laminillas de oro de un atardecer
de otro, de otro...
La eternidad se vació en los días
amarilla era su luz
la soledad se extendía como oro palpitante
Hoy quisiera dormir...duele tanto el cansancio
Dormir para soltarme los ojos
que corrieran sobre el oro tranquilo
de las colinas que arden,
o sobre la plomiza luz
que baña las planicies resecas de mi tierra
El corazón es un enjambre de música
haciendo luz las palabras.
Estos templos que somos...Enriqueta Ochoa
Ahora sé por qué me mantuviste en cautiverio
calcinándome bajo el ojo sin párpado del desierto,
por qué soltaste dentro de mi cabeza un viento oscuro
que azotaba soplando sin descanso,
por qué pusiste por nervios en mi cuerpo
esta red enfermiza de cristales,
por qué me fui haciendo mínima,
pasita seca en el corazón de la miseria
y por qué hoy justo antes de partir
levantas mi castigo y rompes el sello que invalidaba mi lengua.
Ha sido para que mi escencia encontrara en ti
su fuente de contacto,
para que aprendiera a beberme el mar
en una sola de tus lágrimas,
para que en el dolor te conociera
al explorar la dimensión del hombre
y pudiera a través de mis labios
trasminar su agua, todos los muros de estos templos
que somos, sin saberlo.
Angel de cien años...Marco Antonio Jimenez
LOADO SEA EL
MISTERIOSO DESIGNO DIVINO
QUE TE CONSAGRA
CENTENARIAMENTE AL AMOR,
AL CUIDADO DE LA
TIERRA QUE PISA TU AGRADECIDA
DESCENDENCIA.
LOADOS SEAN LOS
ÁNGELES QUE EN CIEN AÑOS
TE HAN VUELTO COLUMNA
SAGRADA, AROMA, JARDIN Y LÁMPARA.
ALTÍSIMA DAMA DIVINA,
UN SIGLO CUMPLES
COMO UNA NAVE
PUNTUAL, LÍMPIDA Y PLENA DE SÍMBOLOS,
DE FÁBULAS, DE
ORACIONES INCALCULABLES COMO LA ARENA
Y LOS PÁJAROS.
EN TI ASOMAN
SABIDURIAS MILENARIAS,
ANTIGUAS GENERACIONES
DE CHIHUAHUA, LEGIONES DE INSÓLITAS
LLANURAS.
EN TI ASOMAN LOS
HABITANTES DE LAS PRIMERAS METÁFORAS
Y AVENIDAS DE UN
TORREÓN PERDIDO.
ESE TORREÓN AL QUE
LLEGASTE CON AZORO EN TUS AÑOS VEINTE,
AL QUE DESCENDISTE
TAN JOVEN COMO HOY, BELLÍSIMA E INMENSA.
ABUELA, LUNA DIVINA,
POR TI NUNCA HEMOS ESTADO SOLOS:
TE VEMOS EN TODOS LOS
ESPEJOS DEL MUNDO,
INAGOTABLE TE
REFLEJAS EN LOS ASTROS, EN LAS MAÑANAS,
TE OYES EN EL ECO
MISTERIOSO QUE DEJAN LAS PALABRAS
QUE ENTRELAZAS Y
ENGRANDECES.
ABUELA, LA VIDA ES
UNA RÁFAGA QUE EN TU CORAZÓN
SE VUELVE FORTALEZA,
RISA, CANTO, VALENTÍA.
POR LA PACIENTE
CONTEMPLACIÓN DE LO FUGAZ
TE AMAMOS TANTO,
TE AMAMOS EN EL
VÉRTIGO QUE ABRE TU ESPACIO SIN TIEMPO,
GRACIAS POR TRAERNOS
A AQUÍ, A DANZAR EN LA FRAGILIDAD
DE LA VIDA;
GRACIAS POR DARNOS A
DISFRUTAR, ABUELA DIVINA, DÍA A DÍA,
TU PRESENTE ETERNO.
Acá la primavera no existe...Miguel Angel Morales Aguilar
Acá la primavera no existe.
Todos los meses son octubre.
Y cuando cae la noche
un todopoderoso nos espía
desde su cruz de yeso.
Es el abrazo del señor gigante,
la estatua de las Noas en la cresta lunar,
el ojo de la medusa, la otredad.
Vengan los Coatl Huilas, las flores de Jimulco
y el Chalet del cerro.
Las Dunas de Bilbao, los Sapioriz,
que de noche florecen no ordinarias
flores púrpuras.
Vengan Zuloaga y Pancho Villa a ver
Torreón de noche.
Tranvías que aparecen tras el humo
cuando cierran el bar “Gota de uva”.
Los Dorados del Norte cabalgar
invisibles avenidas.
Oír al río correr de nuevo por su lecho
y el grito campesino y jubiloso
entre los surcos y terrones:
vengan a ver y oír lo que se ha ido:
al viejo Manuel Segovia que toca su violín
sin cuerdas
y que hace mucho no tocaba,
al Ángelus de medianoche,
por las vías del sector Alianza.
Vengan a ver y oír lo que se ha ido.
De noche las calles de Torreón
se llenan de fantasmas.
Todos los meses son octubre.
Y cuando cae la noche
un todopoderoso nos espía
desde su cruz de yeso.
Es el abrazo del señor gigante,
la estatua de las Noas en la cresta lunar,
el ojo de la medusa, la otredad.
Vengan los Coatl Huilas, las flores de Jimulco
y el Chalet del cerro.
Las Dunas de Bilbao, los Sapioriz,
que de noche florecen no ordinarias
flores púrpuras.
Vengan Zuloaga y Pancho Villa a ver
Torreón de noche.
Tranvías que aparecen tras el humo
cuando cierran el bar “Gota de uva”.
Los Dorados del Norte cabalgar
invisibles avenidas.
Oír al río correr de nuevo por su lecho
y el grito campesino y jubiloso
entre los surcos y terrones:
vengan a ver y oír lo que se ha ido:
al viejo Manuel Segovia que toca su violín
sin cuerdas
y que hace mucho no tocaba,
al Ángelus de medianoche,
por las vías del sector Alianza.
Vengan a ver y oír lo que se ha ido.
De noche las calles de Torreón
se llenan de fantasmas.
Laguna adentro...Jaime Muñoz Vargas
Para Saúl Rosales, con
mi orgullo
por su ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua
Hace muchos años
veinte o tal vez un poco menos
cuando yo era apenas un boceto del boceto que sigo siendo ahora
me avergonzaba de haber nacido en Gómez Palacio
ciudad fea, polvosa, sin un átomo de lujos para el turismo
ciudad de paso, ruinosa y triste como mezquite solitario
como chamaca sin clientela
Mis primeras ideas literarias trataron de alejarme de La Laguna
sentí la obligación de ser universal, cosmopolita
de hacer una carrera literaria sin el tufo risible de la provincia
y lo logré con triste éxito
De alguna forma que no alcanzo a precisar
nunca llegué a ser cosmopolita ni universal ni nada
pero soñaba con ser identificado como autor de otro lugar
no de La Laguna
no de la estepa
no de Torreón ni de Gómez ni de Lerdo
ni de Matamoros ni de San Pedro
y menos de Tlahualilo o de Mapimí o de Chávez o de Viesca
mi comarca, mi Filomena comarca
Pero una vez lloré de tristeza y encontré en el sótano de mi
corazón
flotando, a la deriva, olvidada
mi pequeña identidad de lagunero
la tomé en mi cuenca, temblorosamente
y encontré que esa forma extraña, que ese ser
ese amorfo ser lagunero
era irremediablemente mi rostro
mi pasado, mi gente
las vías del tren para llegar a la primaria de Santa Rosa en Gómez
el recuerdo de papalotes y canicas, juguetes pobres, magníficos
juguetes
las misceláneas de don Manuel y de doña Melquia
el hotel Soto, un misterioso hotel de rato
el cine Elba donde aclamé al Santo desde entonces hasta la fecha
el fut y el beis en el asfalto
la humilde paleta de hielo
los amigos que hoy son albañiles o empleados en alguna empresa
y padres de familia como yo
espantados por la comida y la renta y las quincenas
Me impuse la obligación de esquivar ese mundo
de borrar ese pasado de carencias
de refugiarme en los libros
de hundirme en el prestigio de otras realidades
pero el anhelo me duró muy poco
del fondo de mi entraña, paso a paso, lentamente, como animal
con hambre
caminaba hacia mis cuarenta mayos el pasado
mi pasado de amigos harapientos
de muchachas lindas, inalcanzables y lindas muchachas
que platicaban sólo entre ellas, secreteras, mordiéndose la trenza
comiéndose un chamoy, hablando de artistas
de adolescentes que para ser machos tomaban cerveza sin hacer
gestos
de entradas al turbio cine para adultos
de mesas de billar y cigarros en la jeta
de tacos en el comal callejero, mugrosos y reconfortantes
Pero fracasé
lo estoy confesando
fracasé al tratar de verle la cara a la belleza en otras partes más
prestigiosas
La belleza, lo que a mí me parece ahora la belleza
también está escondida en el recuerdo de esas calles
de esa gente
de todo el polvo acumulado en siglos
de todo el sol derramado en La Laguna
como violento chorro de luz sobre la tierra seca
Aquí estaba, en los pliegues de este rincón
de este pedazo de mundo casi fuera del mundo
la belleza diseminada en tantos sitios malolientes y basurientos
la belleza en sus cantinas y en sus expendios de vinos y licores
la belleza en sus plazas sin aliño
la belleza en sus camiones
en sus mercados de ratas casi diurnas
en sus perros sin casa
la belleza en la belleza de tantas, tantísimas mujeres
la belleza en tanto lépero bravucón
la belleza en tantas loncherías
la belleza en un campo de fut sin zacate y con porterías
maltrechas
la belleza en los obreros de bicicleta y radio con pilas Rayovac
la belleza en las cumbias bárbaras de un taxi
la belleza en todas partes
incluso en lo terrible
Me venció entonces la realidad
La Laguna se insubordinó en mi sangre
la nostalgia se coló por todos mis poros
como a los ingleses se les cuela Londres
o a los gringos se les clava Nueva York en el cerebro
y decidí entonces convertirme
sin programa, sin bitácora, sin plan
sin manifiesto ni grito chovinista
en lo que debo ser
en vocero de mi polvo
en pájaro de mis pinabetes
en asordinado cantor de nuestras gestas
de nuestras pequeñas gestas sin fama mundial
sin prestigio ni mercadotecnia
pero hermosas
Hurgué entonces en los escondrijos de mi corazón
y allí encontré el arte que me cupo en suerte
hallé mi tiempo circulando por las arterias
mi pasado en jirones percudidos
mi pasado de imágenes en bruto
de niños que fueron mis amigos y que no traían jamás un quinto en
la bolsa
de fútbol y de pleitos gratuitos en el barrio
de escapadas al canal de riego para nadar casi en el lodo
de madres perfectas como dice Whitman
—que también aquí las hay, y bastantes, como doña Catalina,
por ejemplo—
de salones con sesenta alumnos sudorosos
de maestros pobres vestidos con terlenca y que le echaban ganas
para que aprendiéramos de jodido a sumar nuestras desgracias
Hoy pues me reconozco
y sé que no faltará el atarantado que me apunte con el índice
exquisito
para acusarme de provincianismo
de pintoresco altavoz de La Laguna
No tengo respuesta para defenderme
me resigna saber que a la belleza de los museos de Europa
—belleza que también me pertenece y hago mía, debo aclarar—
le agrego la belleza tal vez triste del lecho del río Nazas
del mercado Alianza
de la calle Morelos donde tantas tardes he caminado en busca de
libros
de un parque en Gómez donde toqué la primera mano deseosa de
una novia
de la secundaria Flores Magón donde acaso conocí el rostro de la
alegría
del teatro Martínez y del bar La Ópera
de la fealdad sin culpa de nuestros ejidos
de la palabra coloquial y viva y hermosa y universal y eterna en mí
al menos en mí
de La Laguna
por su ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua
Hace muchos años
veinte o tal vez un poco menos
cuando yo era apenas un boceto del boceto que sigo siendo ahora
me avergonzaba de haber nacido en Gómez Palacio
ciudad fea, polvosa, sin un átomo de lujos para el turismo
ciudad de paso, ruinosa y triste como mezquite solitario
como chamaca sin clientela
Mis primeras ideas literarias trataron de alejarme de La Laguna
sentí la obligación de ser universal, cosmopolita
de hacer una carrera literaria sin el tufo risible de la provincia
y lo logré con triste éxito
De alguna forma que no alcanzo a precisar
nunca llegué a ser cosmopolita ni universal ni nada
pero soñaba con ser identificado como autor de otro lugar
no de La Laguna
no de la estepa
no de Torreón ni de Gómez ni de Lerdo
ni de Matamoros ni de San Pedro
y menos de Tlahualilo o de Mapimí o de Chávez o de Viesca
mi comarca, mi Filomena comarca
Pero una vez lloré de tristeza y encontré en el sótano de mi
corazón
flotando, a la deriva, olvidada
mi pequeña identidad de lagunero
la tomé en mi cuenca, temblorosamente
y encontré que esa forma extraña, que ese ser
ese amorfo ser lagunero
era irremediablemente mi rostro
mi pasado, mi gente
las vías del tren para llegar a la primaria de Santa Rosa en Gómez
el recuerdo de papalotes y canicas, juguetes pobres, magníficos
juguetes
las misceláneas de don Manuel y de doña Melquia
el hotel Soto, un misterioso hotel de rato
el cine Elba donde aclamé al Santo desde entonces hasta la fecha
el fut y el beis en el asfalto
la humilde paleta de hielo
los amigos que hoy son albañiles o empleados en alguna empresa
y padres de familia como yo
espantados por la comida y la renta y las quincenas
Me impuse la obligación de esquivar ese mundo
de borrar ese pasado de carencias
de refugiarme en los libros
de hundirme en el prestigio de otras realidades
pero el anhelo me duró muy poco
del fondo de mi entraña, paso a paso, lentamente, como animal
con hambre
caminaba hacia mis cuarenta mayos el pasado
mi pasado de amigos harapientos
de muchachas lindas, inalcanzables y lindas muchachas
que platicaban sólo entre ellas, secreteras, mordiéndose la trenza
comiéndose un chamoy, hablando de artistas
de adolescentes que para ser machos tomaban cerveza sin hacer
gestos
de entradas al turbio cine para adultos
de mesas de billar y cigarros en la jeta
de tacos en el comal callejero, mugrosos y reconfortantes
Pero fracasé
lo estoy confesando
fracasé al tratar de verle la cara a la belleza en otras partes más
prestigiosas
La belleza, lo que a mí me parece ahora la belleza
también está escondida en el recuerdo de esas calles
de esa gente
de todo el polvo acumulado en siglos
de todo el sol derramado en La Laguna
como violento chorro de luz sobre la tierra seca
Aquí estaba, en los pliegues de este rincón
de este pedazo de mundo casi fuera del mundo
la belleza diseminada en tantos sitios malolientes y basurientos
la belleza en sus cantinas y en sus expendios de vinos y licores
la belleza en sus plazas sin aliño
la belleza en sus camiones
en sus mercados de ratas casi diurnas
en sus perros sin casa
la belleza en la belleza de tantas, tantísimas mujeres
la belleza en tanto lépero bravucón
la belleza en tantas loncherías
la belleza en un campo de fut sin zacate y con porterías
maltrechas
la belleza en los obreros de bicicleta y radio con pilas Rayovac
la belleza en las cumbias bárbaras de un taxi
la belleza en todas partes
incluso en lo terrible
Me venció entonces la realidad
La Laguna se insubordinó en mi sangre
la nostalgia se coló por todos mis poros
como a los ingleses se les cuela Londres
o a los gringos se les clava Nueva York en el cerebro
y decidí entonces convertirme
sin programa, sin bitácora, sin plan
sin manifiesto ni grito chovinista
en lo que debo ser
en vocero de mi polvo
en pájaro de mis pinabetes
en asordinado cantor de nuestras gestas
de nuestras pequeñas gestas sin fama mundial
sin prestigio ni mercadotecnia
pero hermosas
Hurgué entonces en los escondrijos de mi corazón
y allí encontré el arte que me cupo en suerte
hallé mi tiempo circulando por las arterias
mi pasado en jirones percudidos
mi pasado de imágenes en bruto
de niños que fueron mis amigos y que no traían jamás un quinto en
la bolsa
de fútbol y de pleitos gratuitos en el barrio
de escapadas al canal de riego para nadar casi en el lodo
de madres perfectas como dice Whitman
—que también aquí las hay, y bastantes, como doña Catalina,
por ejemplo—
de salones con sesenta alumnos sudorosos
de maestros pobres vestidos con terlenca y que le echaban ganas
para que aprendiéramos de jodido a sumar nuestras desgracias
Hoy pues me reconozco
y sé que no faltará el atarantado que me apunte con el índice
exquisito
para acusarme de provincianismo
de pintoresco altavoz de La Laguna
No tengo respuesta para defenderme
me resigna saber que a la belleza de los museos de Europa
—belleza que también me pertenece y hago mía, debo aclarar—
le agrego la belleza tal vez triste del lecho del río Nazas
del mercado Alianza
de la calle Morelos donde tantas tardes he caminado en busca de
libros
de un parque en Gómez donde toqué la primera mano deseosa de
una novia
de la secundaria Flores Magón donde acaso conocí el rostro de la
alegría
del teatro Martínez y del bar La Ópera
de la fealdad sin culpa de nuestros ejidos
de la palabra coloquial y viva y hermosa y universal y eterna en mí
al menos en mí
de La Laguna
Vino al desierto...Federico Sáenz
VINO AL DESIERTO
A REFLEXIONAR
QUISO ENFRENTAR A SOLAS
SU CANSANCIO
Y SU FATIGA
CREO ESTE ESPACIO ABIERTO
PARA QUE EL TIEMPO
MODIFICARA SU RITMO
PARA DETENERLO
SI FUESE NECESARIO
IMAGINO EN ESTA DIMENSIÓN APARTE
UN MOMENTO QUE DESPEJARA LOS SENTIDOS
Y RESTAURARA LA MEMORIA
A GOLPES DE ABANDONO
EN EL DESIERTO
DIOS
DECIDIO VOLVERSE HUMANO
AUNQUE FUESE POR UN INSTANTE
TAN SOLO PARA SENTIR
EL PESO DE LA DIVINIDAD SOBRE ESOS
HORIZONTES DESDIBUJADOS
DONDE LA MUERTE
TEJE TANTAS MADRIGUERAS
PARA CONOCERSE A SI MISMO
ENFRENTO SU CONSCIENCIA A ESTE ESPEJO
DESHIDRATADO
Y LLORO EN SILENCIO
AQUÍ
LEJOS DEL BULLICIO
DE LA CREACIÓN
EN ESTE LUGAR
DONDE TODO VUELVE
A SU ESTADO ORIGINAL
EL QUE EXISTÍA
ANTES DE QUE APARECIERAN LOS ADORNOS
Y LAS CIRCUNSTANCIAS
DONDE EL CIRCULO
RECUPERA CON NATURALIDAD SU CURVATURA
INFINITA
Y SE RESTAURA
EL AUSTERO EQUILIBRIO
EN EL DESIERTO
FLOTA UNA VIEJA
DENSA Y MISTERIOSA
PRESENCIA DIVINA
POR ESO CUANDO ME ALEJO
DEL DESIERTO
RESIENTO UNA SUTIL NOSTALGIA
Raiz Cardenche...Alberto González Domene
Irgue con dignidad su imagen
el torso invencible del hombre del desierto.
Después del vendaval, la lanza en el costado,
y el golpe de la arena, de la injuria, en pleno rostro.
Con su desgracia a cuestas,
irgue con dignidad su imagen.
Es un fragmento de raíz cardenche
que supera el dolor, la soledad y el tedio.
Aquel golpe violento de la arena desfiguró su faz,
y lo mantiene erguido.
Al girar media vuelta y enfrentar el obstáculo,
se encontró redivivo, henchido de entusiasmo.
Con decisión y brío, consiguió fortaleza
del revés sufrido.
Rostro al Sol, los brazos rotos y los pies desgarrados
ofrece el pecho a nuevos desafíos.
Este es el hombre lagunero, bien nacido,
que vive alegre buscando su camino.
Y llegará al final porque la fe del cielo
lo mantiene erguido.
¡Bien haya por el hombre del desierto!
¡Bien nacido!
El desierto no es para cobardes...Carlos Reyes Ávila
En el desierto todo tiene el mismo nombre
Dios y el diablo viven juntos
y andan de puntillas correteándose las sombras
tentación solar es el nombre de tu cuerpo
un cacto da lo mismo espinas que flores luminosas
acá amor y sexo se escriben con la misma mano
libro de arena el corazón se desmorona
para emprender el viaje
en el avance de las dunas
el viento se descubre
- el desierto nunca se detiene
avanza en los círculos concéntricos de la sed
la sed que no ha de saciarse
más que en lenguas amorosas
porque acá el amor es algo duro
es algo de otro mundo
es un asunto que sólo en tus labios
puede resolverse
el desierto está donde mismo siempre
y nunca es el mismo
es la medida del temple de los hombres
el espejo del coraje
porque para amar es necesario ser osado
hay que pasar cuarenta días con sus noches
y resistir las tentaciones
el desierto pone a prueba tu resistencia
tu amante forma de estar en el mundo
en el desierto no hay nada y lo tiene todo
no hace falta cargar maletas
todo lo que hace falta es un corazón maleable
una mujer que te acompañe aunque no esté contigo
porque ella vivirá en tu sangre si el desierto lo decide
acá en Torreón el sol es un asunto en serio
y las mujeres son sirenas de bruñido bronce
si vienes algún día no te asustes no te escames
así es el mundo en el desierto
vivimos demasiado cerca de dios y del diablo
hay que sólo echar un ojo a la laguna
para ver la forma en que se dibuja
tu nombre sobre la arena
descubrirás
que si tienes miedos
el desierto no ha sido creado para ti.
y andan de puntillas correteándose las sombras
tentación solar es el nombre de tu cuerpo
un cacto da lo mismo espinas que flores luminosas
acá amor y sexo se escriben con la misma mano
libro de arena el corazón se desmorona
para emprender el viaje
en el avance de las dunas
el viento se descubre
- el desierto nunca se detiene
avanza en los círculos concéntricos de la sed
la sed que no ha de saciarse
más que en lenguas amorosas
porque acá el amor es algo duro
es algo de otro mundo
es un asunto que sólo en tus labios
puede resolverse
el desierto está donde mismo siempre
y nunca es el mismo
es la medida del temple de los hombres
el espejo del coraje
porque para amar es necesario ser osado
hay que pasar cuarenta días con sus noches
y resistir las tentaciones
el desierto pone a prueba tu resistencia
tu amante forma de estar en el mundo
en el desierto no hay nada y lo tiene todo
no hace falta cargar maletas
todo lo que hace falta es un corazón maleable
una mujer que te acompañe aunque no esté contigo
porque ella vivirá en tu sangre si el desierto lo decide
acá en Torreón el sol es un asunto en serio
y las mujeres son sirenas de bruñido bronce
si vienes algún día no te asustes no te escames
así es el mundo en el desierto
vivimos demasiado cerca de dios y del diablo
hay que sólo echar un ojo a la laguna
para ver la forma en que se dibuja
tu nombre sobre la arena
descubrirás
que si tienes miedos
el desierto no ha sido creado para ti.
No es de este mundo...Miguel Ángel Morales Aguilar
Torreón nació de una biznaga.
La gente de Saltillo dice
que un día se lo va a tragar la arena.
Cada mañana el sacerdote en su Parroquia de
Guadalupe reza al Señor para que pronto llueva.
Torreón es tan antiguo como su avenida Juárez.
Un día su Plaza de Armas albergó
sotol de Parras y mujeres
a Villa y sus Dorados.
Por eso se oye aún el trote garañón de espuelas
cabalgar por la avenida Hidalgo.
Y a eso de las tres de la mañana
se despiertan los gallos espantados,
al oír los murmullos que desaparecen sin aparecer.
Atrincherado en un rincón al sur de Coahuila,
Torreón es una liebre a cielo raso,
Torreón es un mezquite sin sombra,
Torreón boquea su sed debajo de una piedra.
El calor que hace en Torreón
no es de este mundo.
Quien venga lejos a lo lejos
no cargue ropa,
ni venga con amigos.
El sol desnuda lo que toca.
Basta con sacudirse el polvo de las tolvaneras
y beberse el sol con la mirada.
¿Qué es aquello que se divisa allá
en la cima de los cerros?
que un día se lo va a tragar la arena.
Cada mañana el sacerdote en su Parroquia de
Guadalupe reza al Señor para que pronto llueva.
Torreón es tan antiguo como su avenida Juárez.
Un día su Plaza de Armas albergó
sotol de Parras y mujeres
a Villa y sus Dorados.
Por eso se oye aún el trote garañón de espuelas
cabalgar por la avenida Hidalgo.
Y a eso de las tres de la mañana
se despiertan los gallos espantados,
al oír los murmullos que desaparecen sin aparecer.
Atrincherado en un rincón al sur de Coahuila,
Torreón es una liebre a cielo raso,
Torreón es un mezquite sin sombra,
Torreón boquea su sed debajo de una piedra.
El calor que hace en Torreón
no es de este mundo.
Quien venga lejos a lo lejos
no cargue ropa,
ni venga con amigos.
El sol desnuda lo que toca.
Basta con sacudirse el polvo de las tolvaneras
y beberse el sol con la mirada.
¿Qué es aquello que se divisa allá
en la cima de los cerros?
Desierto entre comillas...Saúl Rosales
I
La antigua conjunción de eriales
se pobló
dejó de ser desierto
cuando las manos comunales
balbucearon con párvulo alfabeto
pez, ave, agua, carne cuando más tarde
se pobló
dejó de ser desierto
cuando las manos comunales
balbucearon con párvulo alfabeto
pez, ave, agua, carne cuando más tarde
la habilidad
dijo corral, surco, sementera
y a los signos siguieron los obrajes
y engarzaron ranchos, industrias y ciudades.
dijo corral, surco, sementera
y a los signos siguieron los obrajes
y engarzaron ranchos, industrias y ciudades.
No hubo misterio en el principio
sino, manos, urgencias, laboreo.
La antigua conjunción de eriales se pobló
al dictado contundente de las manos.
sino, manos, urgencias, laboreo.
La antigua conjunción de eriales se pobló
al dictado contundente de las manos.
Sólo antes del trabajo fue desierto
sólo antes del trabajo.
sólo antes del trabajo.
Nuestra porción de vastedad
latitud y longitud de obsequio
se pobló
cuando las manos comunales
dijeron
esto se hace.
latitud y longitud de obsequio
se pobló
cuando las manos comunales
dijeron
esto se hace.
II
Le dijeron desierto
al agreste entorno
de nuestras coordenadas
los cantantes de acedo bucolismo
los falsos ruiseñores que expelen demagogia.
No vieron el páramo
preñado de amor
anhelante de la pasión de las manos
encallecidas por la azada y la defensa.
al agreste entorno
de nuestras coordenadas
los cantantes de acedo bucolismo
los falsos ruiseñores que expelen demagogia.
No vieron el páramo
preñado de amor
anhelante de la pasión de las manos
encallecidas por la azada y la defensa.
Metamorfosis II...Mauricio Beuchot
He aquí que vengo desde todas
partes
A la habitación primera y
principal del cosmos.
Allí los ruidos llegan
alambicados,
Cada cual con su pátina de
dulzura;
Nada hiere la cara de nuestra
paz,
Ningún viento helado la
escorza.
Y yo dije:
¿Por qué aquí, por qué
He venido a donde siempre,
Olvidado de mi amor por lo
escondido y nuevo,
En vez de roer la luz distante,
el vértigo
Interminable?
Polvo amable se levantaba
En pequeños torbellinos,
agitando mi túnica,
lamiendo, pluriformes perrillos
fieles, mi báculo.
¿Dónde hacer oración?
El polvo me ciega los ojos.
¿Es que se da cuenta
De mi afán de verlo todo,
De encontrarlo todo,
Y quiere curarme?
Polvo amable.
Era que mis pensamientos
escapaban
Por un hueco de mi cabeza,
Hechos polvo,
Polvo amable.
Desvelo...Fernando Martínez Sánchez
Lejos
estás del aire de mi anhelo,
navegando en un orbe de quimeras,
y acabo fatigando las aceras
con el torpe ritual de mi desvelo.
Esa
pizarra gris que cubre el cielo
es el sudario de la primavera,
y mi voz se atosiga con la cera
que atestigua el cadáver de mi vuelo.
es el sudario de la primavera,
y mi voz se atosiga con la cera
que atestigua el cadáver de mi vuelo.
Todo
el amor, de golpe, no se ha muerto.
Nuestro cómplice, el sol en el desierto,
y la espontánea luz de tu mirada
y que alienta la llama fatigada,
haciendo que florezcan la hondonada,
el cactus triste y el mezquite yerto.
Nuestro cómplice, el sol en el desierto,
y la espontánea luz de tu mirada
y que alienta la llama fatigada,
haciendo que florezcan la hondonada,
el cactus triste y el mezquite yerto.
HOMBRES DE LA LAGUNA...PEDRO GARFIAS
HOMBRES DE LA LAGUNA,DUROS COMO LA TIERRA,
ESPAÑOLES DE ESPAÑA,DE ASTURIAS,DE LEÓN,
VASCOS DE OJOS AZULES,MONTAÑESES DE ACERO,
ESPAÑOLES HERMANOS,DEJAD QUE OS DIGA ADIÓS.
CON VOSOTROS ESTUVE, Y DE VOSOTROS LLEVO
ALGO MAS QUE UN RECUERDO: UNA FUERTE EMOCIÓN.
HOMBRES DE LA LAGUNA,DESDE AÑOS ENCORVADOS
BAJO EL LÁTIGO FIERO E IMPLACABLE DEL SOL,
PELEANDO A LA TIERRA SUS ENTRAÑAS RECÓNDITAS
-NO HAY LLUVIA TAN FECUNDA COMO LA DEL SUDOR-
HACIENDO PATRIA,HISTORIA,LEYENDA Y AVENTURA,
MÉXICO CON ESPAÑA DENTRO DEL CORAZÓN.
PERMITID LA PALABRA DE UN AMIGO DE AHORA,
DE UN AMIGO DE SIEMPRE, DE UN POETA ESPAÑOL
QUE LLEVA A ESPAÑA DENTRO DE LA FRENTE Y LA SANGRE
COMO UN GRAN DISCO ROJO DE LLANTO Y DE PASIÓN.
POR ESPAÑA INMORTAL,POR MÉXICO FRATERNO,
POR EL AMOR DE TODOS LOS QUE SIENTAN AMOR,
POR LA PAZ DE LOS HOMBRES, POR EL TRABAJO HONRADO,
POR LA CIENCIA FECUNDA Y EL ARTE REDENTOR,
HOMBRES DE LA LAGUNA,ESPAÑOLES DE ESPAÑA,
DE SANTANDER, DE EUSKADI, DE ASTURIAS, DE LEÓN,
ADELANTE EN LA DURA JORNADA DE
LA VIDA...
¡Y QUE EN VUESTRA JORNADA OS ACOMPAÑE DIOS!
Mirada... Felipe Garrido
Enriqueta Ochoa,
in
memoriam
Despunta el alba.
Un
incendio de rosas
el peñascal.
De tan desnudo
y tan azul, el cielo
se pone negro.
Enorme y solo,
su
túnica de viento
despliega el Sol.
Crece un ahogo
que incendia los pulmones.
Ciega el resplandor.
Tengo a la vista
los huesos de la Tierra.
El desierto y yo.
IDILIO SALVAJE...Manuel José Othón
I
¿Por qué a
mi helada soledad viniste
cubierta con el último celaje
de un crepúsculo gris?...Mira el paisaje,
árido y triste, inmensamente triste.
cubierta con el último celaje
de un crepúsculo gris?...Mira el paisaje,
árido y triste, inmensamente triste.
Si vienes
del dolor y en él nutriste
tu corazón, bien vengas al salvaje
desierto, donde apenas un miraje
de lo que fue mi juventud existe.
tu corazón, bien vengas al salvaje
desierto, donde apenas un miraje
de lo que fue mi juventud existe.
Mas si
acaso no vienes de tan lejos
Y en tu alma aún del placer quedan los dejos,
puedes tornar a tu revuelto mundo.
Y en tu alma aún del placer quedan los dejos,
puedes tornar a tu revuelto mundo.
Si no, ven
a lavar tu ciprio manto
en el mar amarguísimo y profundo
de un triste amor, o de un inmenso llanto.
en el mar amarguísimo y profundo
de un triste amor, o de un inmenso llanto.
II
Mira el
paisaje: inmensidad abajo,
inmensidad, inmensidad arriba:
en el hondo perfil, la sierra altiva
al pie minada por horrendo tajo.
inmensidad, inmensidad arriba:
en el hondo perfil, la sierra altiva
al pie minada por horrendo tajo.
Bloques
gigantes que arrancó de cuajo
el terremoto, de la roca viva,
y en aquella sabana pensativa
y adusta, ni una senda, ni un atajo.
el terremoto, de la roca viva,
y en aquella sabana pensativa
y adusta, ni una senda, ni un atajo.
Asoladora
atmósfera candente,
do se incrustan las águilas serenas,
como clavos que se hunden lentamente.
do se incrustan las águilas serenas,
como clavos que se hunden lentamente.
Silencio,
lobreguez, pavor tremendos
que viene solo a interrumpir apenas
el galope triunfal de los berrendos.
que viene solo a interrumpir apenas
el galope triunfal de los berrendos.
III
En la
estepa maldita, bajo el peso
de sibilante brisa que asesina,
yergues tu talla escultural y fina,
como un relieve en el confín impreso.
de sibilante brisa que asesina,
yergues tu talla escultural y fina,
como un relieve en el confín impreso.
El viento
entre los médanos opreso
canta como una música divina,
y finge, bajo la húmeda neblina,
un infinito y solitario beso.
canta como una música divina,
y finge, bajo la húmeda neblina,
un infinito y solitario beso.
Vibran en
el crepúsculo tus ojos,
un dardo negro de pasión y enojos
que en mi carne y mi espíritu se clava;
un dardo negro de pasión y enojos
que en mi carne y mi espíritu se clava;
y,
destacada contra el sol muriente,
como un airón, flotando inmensamente,
tu bruna cabellera de india brava.
como un airón, flotando inmensamente,
tu bruna cabellera de india brava.
IV
La llanada
amarguísima y salobre,
enjuta cuenca de océano muerto
y, en el gris lontananza, como puerto,
el peñascal, desamparado y pobre.
enjuta cuenca de océano muerto
y, en el gris lontananza, como puerto,
el peñascal, desamparado y pobre.
Unta la
tarde en mi semblante yerto
aterradora lobreguez, y sobre
tu piel, tostada por el sol, el cobre
y el sepia de las rocas del desierto.
aterradora lobreguez, y sobre
tu piel, tostada por el sol, el cobre
y el sepia de las rocas del desierto.
Y en el
regazo donde sombra eterna,
del peñascal bajo la enorme arruga,
es para nuestro amor nido y caverna,
las lianas de tu cuerpo retorcidas
en el torso viril que te subyuga,
con una gran palpitación de vidas.
del peñascal bajo la enorme arruga,
es para nuestro amor nido y caverna,
las lianas de tu cuerpo retorcidas
en el torso viril que te subyuga,
con una gran palpitación de vidas.
V
¡Qué
enferma y dolorida lontananza!
¡Qué inexorable y hosca la llanura!
Flota en todo el paisaje tal pavura,
como si fuera un campo de matanza.
¡Qué inexorable y hosca la llanura!
Flota en todo el paisaje tal pavura,
como si fuera un campo de matanza.
Y la
sombra que avanza…avanza…avanza,
parece con su trágica envoltura
el alma ingente, plena de amargura,
de los que han de morir sin esperanza
parece con su trágica envoltura
el alma ingente, plena de amargura,
de los que han de morir sin esperanza
Y allí
estamos nosotros, oprimidos
por la angustia de todas las pasiones,
bajo el peso de todos los olvidos.
por la angustia de todas las pasiones,
bajo el peso de todos los olvidos.
En un
cielo de plomo el sol ya muerto;
y en nuestros desgarrados corazones
¡el desierto, el desierto…y el desierto!
y en nuestros desgarrados corazones
¡el desierto, el desierto…y el desierto!
VI
¡Es mi
adiós!...Allá vas, bruna y austera,
por las planicies que el bochorno escalda,
al verberar tu ardiente cabellera,
como una maldición, sobre tu espalda.
por las planicies que el bochorno escalda,
al verberar tu ardiente cabellera,
como una maldición, sobre tu espalda.
En mis
desolaciones, ¿qué me espera?...
(ya apenas veo tu arrastrante falda)
una deshojazón de primavera
y una eterna nostalgia de esmeralda.
(ya apenas veo tu arrastrante falda)
una deshojazón de primavera
y una eterna nostalgia de esmeralda.
El
terremoto humano ha destruido
mi corazón y todo en él expira.
¡Mal hayan el recuerdo y el olvido!
mi corazón y todo en él expira.
¡Mal hayan el recuerdo y el olvido!
Aún te
columbro y ya olvide tu frente:
solo, ay, tu espalda miro, cual se mira
lo que huye y se aleja eternamente.
solo, ay, tu espalda miro, cual se mira
lo que huye y se aleja eternamente.
VII
Envío
En tus
aras quemé mi último incienso
y deshojé mis postrimeras rosas.
Do se alzaban los templos de mis diosas,
ya solo queda el arenal inmenso.
y deshojé mis postrimeras rosas.
Do se alzaban los templos de mis diosas,
ya solo queda el arenal inmenso.
Quise
entrar en tu alma, y ¡qué descenso!
¡Qué andar por entre ruinas y entre fosas!
¡A fuerza de pensar en tales cosas
me duele el pensamiento cuando pienso!
¡Qué andar por entre ruinas y entre fosas!
¡A fuerza de pensar en tales cosas
me duele el pensamiento cuando pienso!
¡Pasó!...
¿Qué resta ya de tanto y tanto
deliquio? En ti ni la moral dolencia,
ni el dejo impuro, ni el sabor del llanto.
deliquio? En ti ni la moral dolencia,
ni el dejo impuro, ni el sabor del llanto.
Y en mi,
¡qué hondo y tremendo cataclismo!
¡Qué sombra y qué pavor en la conciencia
y qué horrible disgusto de mí mismo!
¡Qué sombra y qué pavor en la conciencia
y qué horrible disgusto de mí mismo!
CANTO AL DESIERTO...ADELA AYALA
Y YO DIGO: ¡DESIERTO!
CON LA VOZ ORGULLOSA
DE QUIEN DICE:
¡MONTAÑA! , ¡SELVA!,
¡PUERTO!
PARA ENRAIZAR
AQUÍ, JUNTO A LA ARENA DE LO QUE FUERA
RÍO,
TENDRÁ QUE SER EL
HOMBRE COMO PLANTA
QUE AL RETO DEL
AMBIENTE SE ENDURECE HORADANDO LA TIERRA
EN BUSCA DE VENEROS
CADA VEZ MAS PROFUNDOS
DONDE SE ESCONDE EL
AGUA,
QUE ACOSTUMBRAR LA
PIEL A QUE RECIBA
LA CARICIA DEL SOL EN
LLAMARADAS,
QUE OÍR LA VOZ DEL
CAMPO, EL POLVO, EL AIRE,
AQUÍ, DONDE HASTA EL
LOGRO
DE UNA MÍNIMA FLOR ES
IMPORTANTE.
EL DESIERTO ES
HERMOSO. QUIEN LO HABITA
LLEVA SUS REVERBEROS
EN EL ALMA.
MAS, PARA
COMPRENDERLO, NO HAY QUE DARLE
TAN SOLO UNA MIRADA:
HAY QUE IMPREGNAR EL
CUERPO Y EL ESPÍRITU
DE SU QUIETUD EN
SOLEDADES ÁRIDAS,
SUMIRSE EN EL AGOBIO
DE LOS AÑOS SIN LLUVIA,
HUNDIRSE EN EL
MISTERIO DE SU NOCHE CALLADA,
GOZAR CON EL PRODIGIO
DEL HUIZACHE FLORIDO
O DEL NUPCIAL PENACHO
DE LA PALMA,
CON EL SUAVE CAPULLO
DE ALGODÓN EN EL CAMPO
DONDE SE OYE AL TERRÓN
CHUPAR EL AGUA…
¡TRISTE DE QUIEN SE MARCHA
DEL TERRUÑO
A CARGAR SU NOSTALGIA!
EL OCASO DERRAMA SUS
FULGORES ESPLENDIDOS
ENCENDIENDO LOS
CERROS, DESDE DONDE LA NOCHE
DESLIZA SU ROPAJE DE
SILENCIO;
INQUIETAS LAS
CHICHARRAS Y LOS GRILLOS INICIAN SU CONCIERTO
Y AL RECLAMO TIERNO DE
LA TORCAZ, SE ACERCAN LOS LUCEROS.
¡LAS GOTAS ANHELADAS
CRISTALIZAN SOLAMENTE
EN LA RUTA DE LOS
SUEÑOS!
Y CUANDO LA GARGANTA
DE LAS AVES PREGONA EL NUEVO DÍA,
LOS CARDENALES LANZAN
SU SAETA DEL PÁRAMO AL MEZQUITE,
LOS CHILEROS SALUDAN A
LA AURORA
U NA BANDADA DE
GARCILLAS VUELA
DEL CUADRO DE LA
ALFALFA HACIA LA SOMBRA.
UN SOL ENORME Y ROJO
DESCUBRE LOS MILAGROS:
EL TRIGAL INCLINADO AL
PESO DE SUS OROS,
EL ALGODÓN BRINDANDO
SUS GUEDEJAS AL VIENTO…
EL AIRE, SIEMPRE SECO,
TRAE ALIENTO DE BRASA.
CAE LUMBRE DEL SOL A
PLOMO SOBRE EL SURCO
Y SOBRE EL HOMBRE
RECIO QUE SOSTIENE LA PALA
DISTRIBUYENDO EL
LIQUIDO PRECIOSO QUE LA PRESA LE MANDA.
¡QUIZÁ MAS FERTILICE
LA SEMILLA EL HILILLO CONSTANTE
QUE CHORREA POR SU
ESPALDA!
EN LOS YERMOS
SEDIENTOS, EN TERRENOS
DONDE REINA EL
SALITRE,
ENTRE ARENAS, BREÑALES
CALCINADOS, ESPINOS CENICIENTOS
Y HORIZONTES CARGADOS
DE ESPEJISMOS,
VAN LAS MANOS DEL
HOMBRE GANANDO LA BATALLA
QUE DARA PAN A MUCHOS.
LA LLANURA DIALOGA CON
QUIEN QUIERE ESCUCHARLA…
YO TE ESCUCHO,
REGIÓN DE VIDA DURA,
SURCO ABIERTO
DONDE SE HAN ENTERRADO
TANTOS SUEÑOS Y TANTOS SUFRIMIENTOS,
Y DONDE SOLO ARRAIGAN
LOS QUE TE AMAN,
CREYENTES INVENCIBLES
DEL DESIERTO.
Bajo el oro pequeño de los trigos...Enriqueta Ochoa
Si me voy este otoño
entiérrame bajo el oro pequeño de los trigos,
en el campo,
para seguir cantando a la intemperie.
No amortajes mi cuerpo.
No me escondas en tumbas de granito.
en el campo,
para seguir cantando a la intemperie.
No amortajes mi cuerpo.
No me escondas en tumbas de granito.
Mi alma ha sido un golpe de tempestad,
un grito abierto en canal,
un magnífico semental
que embarazó a la palabra con los ecos de Dios,
y no quiero rondar, tiritando,
mi futuro hogar,
mientras la nieve acumula
con ademán piadoso
sus copos a mis pies.
un grito abierto en canal,
un magnífico semental
que embarazó a la palabra con los ecos de Dios,
y no quiero rondar, tiritando,
mi futuro hogar,
mientras la nieve acumula
con ademán piadoso
sus copos a mis pies.
Yo quiero que la boca del agua
exorcice mi espíritu,
que me bautice el viento,
que me envuelva en su sábana cálida la tierra
si me voy este otoño.
exorcice mi espíritu,
que me bautice el viento,
que me envuelva en su sábana cálida la tierra
si me voy este otoño.
LAS DISOLUCIONES...MARCO ANTONIO JIMENEZ
AL ENAMORARSE DE SI
MISMO EL MAR CONCIBIÓ
AL DESIERTO,
ABRIÓ ESTE REPOSO PARA
SUS INVENCIONES
E INOCENCIAS,
PARA VIVIR
ARDIENTEMENTE A SOLAS
CON LA DESNUDEZ.
AQUÍ EL MAR NO CONCEDE
A NADIE AUDIENCIA
O PRIVILEGIO,
SI ACASO A LAS NAVES
DEL SOL INVETERADAS
ESPECIES:
ESPINAS QUE CIFRAN
REINOS SIDERALES,
Y UN VIENTO CARDADO A
ARBUSTOS DE ONDULANTE
CAUTIVERIO.
AL MAR LE AGRADA VENIR
AL DESIERTO A DISFRUTARSE
COMO ANIMAL VACÍO,
Y SE TIENDE EN ESTA ARENA
JAMAS ABOLIDA POR MAREJADA
ALGUNA.
AL RETIRARSE DEJA EN
YERBA LAS PROFUNDIDADES
-CARDUMENES Y
ARRECIFES INTACTOS-,
ABANDONA A LA PUREZA A
SERES DE CERTERO CATACLISMO.
AL MAR LE AGRADA VIVIR
DONDE NO EXISTE.
DE LOS TELARES DEL MAR
SE FUGO UN HILO ARDIENTE.
PRONTO ESE EXTRAVIADO
HIZO TRAMA APARTE:
CON EL CANTO Y EL
HECHIZO DE LAS DUNAS HILANDERAS
URDIÓ LOS ENREDOS DEL
HOMBRE CON LA MUERTE.
POR ESE DESCUIDO DEL
MAR NACIÓ EL DESIERTO,
POR ESO EN CADA
MORIBUNDO HAY UN TEXTO DE POLVO
QUE TODO LO ENTRELAZA
Y TODO LO DESTEJE.
CARDENCHE...JORGE VALDES DIAZ VELEZ
DE DONDE VENGO NO HAY
MAR,
SINO UNA PLAYA INMENSA
DONDE EL SOL ARDE A
SOLAS
Y CLAVA SU ESPOLÓN
CONFUSO EL VIENTO.
UNA LAGUNA
ENTERRÓ SU CUERPO EN
EL DESIERTO,
SE HIZO REPTIL,
HUIZACHE, GRIETA.
LABRO EPITAFIOS CON
PECES DE AGUA DULCE
EN LAS PIEDRAS
HERIDAS BOCA ARRIBA,
EN EL POLVO DE CAL,
EN LOS RECUERDOS QUE
VUELVEN A MIS MANOS
DONDE ENCALLA EL
SILENCIO A LA INTEMPERIE
Y LOS MUERTOS NAVEGAN,
-SOLITARIOS ETERNOS-
A SU SOMBRA.
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