sábado, 18 de julio de 2015

Épica del desierto...Rafael Del Río

La luz en el desierto inventa formas.
Es como riente claridad bravía;
insólito cristal, audaz poliedro
que por el cielo cumple su albedrío.

También es una llama restallante,
serpiente súbita que al aire enciende
sus centelleantes, rútilas escamas;
ave caudal, hipóstasis del fuego.
La luz en el desierto inventa formas.

¡Mirad cómo se expande, llaga viva,
por la altitud altísima del día,
cómo con sabia mano va marcando
valses de miel en mares de amaranto!
¡Mirad cómo reluce su cuchillo,
daga inclemente que en la carne fija
la quemadura de la sed
y en la retina
el brillo cegador!

Albo elemento
demoniaco poder,
fantasma turbador:
me revelas un mundo
en el que todo está como al principio,
inmóvil y final,
mirándose,
gozándose en su propia eternidad.
Me explicas el azul,
el modo de este cielo
en el que hay una nube
de triste resplandor,
el árbol agobiado
que sobre aquél otero
simula algún viador;
el horizonte que ahora mismo
se tiende en el confín.

¡Por ti las cosas se adivinan,
se conocen, se cumplen;
éste es tu imperio,
rosa en la soledad!


Rafael Del Río

viernes, 10 de octubre de 2014

Cardenche tradicional...Anónimo

Sale la luna y se mete el sol
y a lo profundo se va a esconder
sale el lucero de la mañana
y el carro sale al oscurecer

Los horizontes son chiquititos
y parejitos al caminar
andan en busca de una paloma
que se ha salido del palomar

Ya que tuvimos la grande dicha
porque el señor nos la concedió
para cantar bonitas canciones
que la laguna nos enseñó

Yo ya me voy
a morir a los desiertos
me voy lejitos
esa estrella marinera

Y Solo en pensar
que ando lejos de mi tierra
nomas que me acuerdo
me dan ganas de llorar

y a mi nada me divierte
los cigarros de la ladia
a mi lo que me consuela
son las copas de aguardiente

Solo en pensar
que dejé un amor pendiente
nomas que me acuerdo
me dan ganas de llorar

Y al pie de una ardol
mi alma se encuentra triste
ya iluminada por la luz de la  mañana
salió y me dijo
que era esperanza vana
donde a la vez mejor me duermo yo

EL VIGIA...MARCO ANTONIO JIMENEZ

AL FIN HE HALLADO AL MEZQUITE MAS VIEJO DEL SIGLO.
LA FASCINACIÓN DE LO VIVIENTE DOBLEGA SUS RAMAS,
EL VIENTO LE ATRIBUYE NOVENTA MILLONES DE PÁJAROS.
QUIZÁ VIVE DESDE LA HORA EN QUE LA TIERRA
FUE UN HALLAZGO LIMPIO Y SUFICIENTE;
TAL VEZ CREO LA ARENA Y LA HA MULTIPLICADO.
ALCANZÓ A MIRAR LAS TRIBUS QUE DEJARON COMO VESTIGIO
AL DESIERTO ERRANTE,
LAS HORDAS DE VICTORIO ASEDIADAS POR LA SED
Y LA OPRESION DE LAS ESTRELLAS.
HOY HE ENCONTRADO AL MEZQUITE MAS EXTRAÑO DEL SIGLO;
SOLO LA GRIETA DEL AMOR LO TIENE HENDIDO DE RAÍZ,
SOLO EL AMOR ES EL AVENTURERO DEVORANTE QUE LE CAVA
EL TRONCO.
A FUERZA DE FELICIDAD INGOBERNABLE TOLERA VOCES Y FABULAS,
TOLERA AL HOMBRE HABER SIDO IMAGINADO CUANDO LA LLUVIA
ERA JOVEN.
AL FIN HE HALLADO EN EL IMPERIO DE LA ARENA VORAZ
A UN SOLITARIO CONVENCIDO DEL SOL,
A UN VIGÍA NOBLE Y SOBERANO QUE AGRADECE LA TARDE
SIN RÍO NI ESPERANZA.

Corrido de Torreón...Alberto González Domene

Soy de la tierra del norte
del mero Coahuila                   (distrito de Viesca)
de la ciudad de Torreón         (dónde andan mis dorados)
en un furgón de transporte
nací cuando Villa
quiso tomar la estación.
Fue mi sollozo el cañón
mi cuna el ferrocarril
me arrullaron los balazos
del 30  30  y fusil
de allí me llevó la tropa
pal rumbo de Mapimí.
En mi región no hay paisajes
de valles floridos                     ( ni lagos ni bosques)
pero que tal algodón
y qué dorados trigales
se mecen dormidos
al despertar la labor

Y recortando el confín
del cielo fúlgido azul
áridos cerros plateados
siempre bañados de luz
aquel de las calabazas
y el cerrito de la cruz.

Que lindo Gómez Palacio
detrás del rio Nazas
Lerdo, el vergel lagunero
donde se vive despacio
y al ver las muchachas
hay que quitarse el sombrero.

Pero que esbelta mujer
la que pasea por Torreón
por la avenida Morelos
y la calzada Colón
se mecen igual las palmas
al ritmo de mi canción.

Dicen que andamos en la uva
porque nos ven muy contentos
y es que en mi bella Laguna
si vale la vida
aunque nos cambien los vientos.

Ya me voy a despedir
porque me espera mi amor
con la mujer Lagunera
hay que tener corazón
tan ancho como las calles
que cruzan por mi Torreón.

Corrido de un lagunero...Alberto González Domene

CORRIDO DE ENRIQUE DOMENE

HIJO DE AQUELLOS PIONEROS, COLONOS DE LA LAGUNA
QUE SE ALLEGARON DE ESPAÑA EN BUSCA DE LA FORTUNA;
FUE UN "RIBEREÑO DE ABAJO",  HOMBRE SENCILLO Y CABAL;
QUE IBA SEMBRANDO CAPULLOS AL PASO DE LOS MURMULLOS
DE UNA AVENIDA DEL NAZAS Y OTRA DEL AGUANAVAL.

LOS PEONES EN LAS LABORES LE  LLAMABAN "GENERAL"
PORQUE TENIA LA MIRADA, SERENA, DE AGUILA REAL,
Y POR SEGUIR A SU HERMANO, HOMBRE DE GRAN CONVICCION,
QUE SE FUE CON LOS CRISTEROS PARA LUCHAR POR SUS FUEROS
CONTRA LOS FALSOS CAUDILLOS DE NUESTRA REVOLUCION.

DIME, HERMANO SEBASTIAN;
¿DÓNDE ESTAN ESOS ANIEGOS
QUE INUNDABAN HASTA EL TOPE
LA LAGUNA DE MAYRAN?
OTRAS CORRIENTES VENDRAN
POR TAJOS DE LA REGION
PA´QUE LA GARZA MORENA
SE MIRE SOBRE EL ESPEJO
JUNTO A UNA FLOR DE ALGODÓN.

GRITABA ENRIQUE DOMENE: ¡MUERA EL SUPREMO GOBIERNO!
QUE TIENE A LOS CAMPESINOS SUMIDOS EN UN INFIERNO.
¡VIVA EL SUFRAGIO EFECTIVO! ¡VIVA LA NO REELECCION!
¡QUE VUELVA POR LA CUCHILLA MI GENERAL PANCHO VILLA
PARA CORTAR LA CODICIA DE CALLES Y DE OBREGON!

PELONES CON CARABINA IBAN ALZANDO ESTE GRITO:
¿DÓNDE ANDA POR A´I  DOMENE QUE DICEN QUE ES MUY MALDITO?
EL LABRIEGO LES DECIA: "POS OTRA VEZ SE LES FUE;
IBA FAJAO DE PISTOLA PA´L RUMBO DEL CERRO BOLA,
SI NO LO ENCUENTRAN EN PARRAS, LO ENCUENTRAN EN CUENCAME"

ANTES DEL AMANECER
DEBAJO DE UN PINABETE
BEBIA CAFÉ CON PIQUETE,
LO DESPEDIA SU MUJER.
Y EN FINO Y BRIOSO CORCEL
PONIENDO PIE EN EL ESTRIBO
IBA A MIRAR EL CULTIVO
DE "SANTA ELENA" Y "EL BURRO",
LOS RANCHOS DE SU QUERER.

SOL COLORADO DE COBRE QUE SALES POR EL ORIENTE,
TU QUE ILUMINAS AL POBRE CON RAYOS RESPLANDECIENTES
POR UN MOMENTO DETENTE AL PASO DE EL CALOR
EN HORAS DE LA CALIENTA CUANDO TU DISCO REVIENTA
¡NO HAGAS LLORAR DE SUDORES LA ESPALDA DEL PIZCADOR!

SAN PEDRO DE MIS COLONIAS, ME VOY POR TUS MEZQUITALES.
¡ADIOS, MIS DUNAS DE VIESCA CON SUS TIBIOS MANANTIALES!
¡QUE PENA LA DEL RANCHERO QUE YA NO PUEDE SEMBRAR!
AYER ME DIJO DON PANCHO QUE NOS QUITARON EL RANCHO,
¡VAMONOS PA´OTROS SENDEROS DONDE PODER TRABAJAR!

VEN, HERMANO SEBASTIAN,
CANTEMOS UNA CARDENCHE
HOY QUE LA LUNA SE PEINA
EN LAS AGUAS DEL CANAL.
AHOGEMOS NUESTRO PESAR
CON UN TRAGO DE AGUARDIENTE
¡HAY QUE SENTIR LO QUE SIENTE
UN LAGUNERO QUE AÑORA
Y LLORA SU SOLEDAD!

VOY A DEJAR MIS ESPUELAS COLGADAS DE UN PINABETE,
DE UNA PALMERA EL REVOLVER, Y DE UN MEZQUITE MI FUETE,
PUES HE DE VOLVER ALGUN DIA Y ANTES DEL AMANECER
UNA MAÑANA DE MAYO, CINCHO DE NUEVO EL CABALLO
Y PONIENDO PIE EN EL ESTRIBO ME VOY POR VIEJOS CAMINOS
LOS CAMPOS A RECORRER.

AQUÍ SE ACABA SEÑORES, LA HISTORIA DE UN LAGUNERO,
QUE SUPERO LOS FRACASOS DEL DESIERTO ALGODONERO.
DE UN RIBEREÑO DE ABAJO, ¡ADIOS MI BUEN GENERAL!
HOY YA CABALGA SIN DUELO SOBRE LAS NUBES DEL CIELO
VIENDO BROTAR LOS CAPULLOS DE OTRO INMENSO ALGODONAL.





El dolor de la arena...Alberto González Domene


Égloga a Manuel José Othón en su "Idilio Salvaje".
                                                                   
-I-                                .                          
Si a sus polluelos alimenta el buitre
mientras devora a la paloma albina;
si el cacto brota del mordaz salitre
y revienta su flor sobre la espina;
no comprendo haya quien se recalcitre
a entender el dolor de la alcalina
"Comarca" mía que la aridez domina.

Un glorioso dolor quiero a voz viva cantar.
Que loen los lotos, de emociones, rotos,
un himno a "la sabana pensativa...";
 y que lo entonen los cañaverales,
 la jungla y los canarios
 haciendo honor a los septentrionales
 páramos solitarios.
                                                
La gloria del dolor, a grito abierto
quiero trovar; los picos
corvos de los pericos
repetirán el himno del desierto
con la espesura convertida en coro
que sin pecar de ingrata
honrará al llano de zarzales
de oro y espejismos de plata.

Quiero esa gloria, en la florida sierra
cantarle al verde pino
para que, del espino,
conozca los martirios en mi tierra
y descubrir al Sur y al Mar Caribe
el fruto en la biznaga
que sólo en áridas arena vive
sangrando, en flor, la llaga.


Que toda superficie aderezada
por la mano de Dios llore el olvido
de mi erial, y plaña, en su balad
la gloria de un dolor incomprendido

                                   -II-

La indolente alegría de las florestas,
el ric-rac de los grillos satisfechos,
 la jungla, las praderas y aquestas
 peñas cubiertas de humedad y helechos
 forman triste contraste, son opuestas
 al garambullo y al nopal maltrechos
 y a aquella soledad... de los barbechos.

Yo que vengo de áridas montañas
 y desiertos lunares
admiro lo prolijo de las cañas                                         
y de los platanares.

Comparo la escasez de los mezquites
y enjutas lechuguillas
con las pingües semillas
que truecan en festín vuestros convites.

 Admiro, de las selvas, la maleza,
que derriba el segur
 y la verde y feraz naturaleza
de estas tierras del Sur.

Confronto vuestras fértiles cañadas
con el mármol caliente
de la roca inclemente
que no sabe de arroyos ni cascadas,
pero sí de miradas transparentes,
llanas, horizontales,
que escrutan el confín bajo
sus frentes sudantes: ¡pedernales!
                                                    

Que escudriñan al Sol, con
"chispa" grave, la infinita planicie,
-desnuda superficie-
por donde cruza solitaria el ave.                            


La gloria del dolor, ¡meridionales!,
un potosino se encontró en mi estepa,
de ella prendóse y, al sentar sus reales,
surgió del yermo la inspirada cepa:

-III-

(ENVÍO)
Ha más de cincuenta años,
las arenas de la “Región del Nazas”
-inclemente-
sintieron comprendidas sus condenas:
“...asoladora atmósfera candente
do se incrustan las águilas serenas
como clavos que se hunden
lentamente...”

¡Era el Othón! Del canto
diferente
de la amargura en la
región de lava
que veía sus querubes
incendiarse en las nubes
“tras la su cabellera de
india brava.”

¡El gran poeta! de la
imagen térrea
del “Idilio Salvaje”,
el Othón que sangraba
con la férrea
expresión del paisaje;


el de un remordimiento
que dolía
al pensar en su “envío”.
¡Bien llegó a lo baldío!
viniendo del dolor como
venía...

Y allá buscó, en mi
paraje escueto
el solitario, enfermo
ruiseñor que le inspiró
el soneto
eterno sobre el yermo.

Y el éter lagunero, los
suspiros
que lanzó hacia el
ocaso,
recogió del eriazo,
y, apasionado, los
trocó en zafiros

que se extinguieron,
como aéreas cuitas
en un cielo que arde
fugados a las llamas
infinitas
del trance de la tarde.

Por ello, ¡hombres del
Sur!, la honda tilde,
La rúbrica doliente de
dos bardos
os pide en mi barreal
un ruego humilde:
Amor y comprensión
para “los cardos”:

-IV-

Amor y comprensión ¡para la
pena
del cardenchal! que gime en su
falsete
la gloria dolorosa de la
arena,
en quejas, que interpreta el
pinabete
-monarca triste de la faz
serena-,
con silentes sonidos, mil y
siete
veces más nidios que el del
clarinete.

La gloria, ¡tierra mía!, de
tu misterio
que resucita al agro
como yo surgiré en tu
cementerio
por Divino milagro

al pie de grises montes
empolvados
sin una mariposa
y en deprimente fosa
desprovista de céspedes
sagrados;

donde polvo seré con tu
caliche
devorador de penas
y zozobras, que convierte
en fetiche
las floraciones plenas

y el color de la flor y
el papagayo
porque el tiempo se escapa
al capricho del mapa
con la sonrisa del
“Marqués de Aguayo...”.


¡Ay tierra parda, arenosa,
mía! :
desnudo, sin mortaja,

quiero abrazar, después
de mi agonía,
tu arena, sin la caja;

y recibir tu fúnebre
palada
en la mirada muerta
encajada en la abierta
bóveda azul ¡por la
ansiedad ganada!

¡Y pensar que habrá quien
se recalcitre
a entender tu ternura
campesina...
si el cacto brota del
mordaz salitre
y revienta su flor sobre
la espina!



Por encima de las colinas arde la luz...Enriqueta Ochoa

Llegamos a la vida,
húmeda aún la mìnima figura
recién bañada en la celeste hoguera
de un estanque de luz.

Espera quieta,
somos pasto donde la luz madura
mansamente en silencio
ahíta de ternura,
bebí luz de cristal entre los sueños

Y hay estrellas que se levantan temprano todavìa
a pesar del naufragio y salen húmedas, frescas,
sacudièndose la melena de luz
como de una agua nueva
desde el fondo de la caldera iracunda del sol

Vine de Lerdo,
estoy bajo un granado florecido
que turgente palpita como si el sol le hubiera prendido
llamas de alcohol en cada rama.

Hay veces que amo el sitio en que nací,
sin duda porque la luz del verano
se anticipa oliendo a madurez todos los años.

La casa está vacía
las mujeres se ataron la cabeza
y partieron a perderse entre las sábanas
del algodonal nevado,
donde reverberan como una hornaza viva
bajo el sol restallante.

Dios mío,
de tus labios bajan ríos de luz
hacia el cristal secreto de los frutos
y amanecen maduros.

No son brasas colgando en la higuera,
sino el verano que arde en el corazón
desfallecido de los higos

Asoma el sol, bosteza la luz, desperezándose,
y el día se echa a andar
con su nombre de vidrio

Hay sobre las cimas de las tarde que avanza
un incendio de rosas lentas, temblando.

Qué sentido tan hondo el de la luz
derramada en el rubor del aire
se encendían hogueras naranja y paja,
laminillas de oro de un atardecer
de otro, de otro...

La eternidad se vació en los días
amarilla era su luz
la soledad se extendía como oro palpitante

Hoy quisiera dormir...duele tanto el cansancio
Dormir para soltarme los ojos
que corrieran sobre el oro tranquilo
de las colinas que arden,
o sobre la plomiza luz
que baña las planicies resecas de mi tierra

El corazón es un enjambre de música
haciendo luz las palabras.